En este país todos le echan huevos. Y eso no basta para triunfar.

Huevo de Fabergé.
Cada seis años, todo cambia en este país. Desde el presidente hasta la presentación de los billetes bancarios, pasando por las políticas públicas, los libros de textos con los que se educa a los niños, los objetivos del gobierno y los delincuentes más buscados por la justicia. Todo cambia.
Lo único que se mantiene como una constante al finalizar cada sexenio es la incertidumbre por el «¿qué pasará ahora?»
Curiosamente, los mexicanos hemos encontrado una fórmula cuasimágica para sobreponernos a ese desasosiego: «Echarle huevos«.
Y sí.
A lo largo de los años, el país ha estado en severas devaluaciones económicas, nos hemos visto, literalmente, bajo los escombros de terremotos, sumergidos en las inundaciones dejadas por los huracanes, sometidos una crisis de ingobernabilidad e inseguridad cada vez mayor.
Pero los que vivimos aquí -y algunos que se han ido, pero que no han olvidado sus raíces- seguimos con el mantra tradicional mexicano: «Hay que echarle huevos». (Aplica para hombres y mujeres, eh. Para que no me tachen de machista heteropatriarcal falocentrico y anexas).
Para quienes nos leen de otros países, «Echarle huevos» significa «poner todo el empeño necesario a algo», algo así como «echarle cojones» o «busting your balls into something«. «Partirse el lomo«, pues.
Echarle huevos va mucho más allá que hacer las cosas por mero compromiso.
Y es que si uno no le echa huevos, las circunstancias en las que vivimos – tan feas como el rostro de Elba Esther Gordillo (si no la conoce, puede googlearla bajo su propio riesgo, claro) nos dejan en la lona, sin oportunidad.
Pero, ojo, el «
echarle huevos» va más allá de los buenos deseos o las meras recomendaciones. Todo el mundo te dice que si quieres triunfar en la vida, le eches huevos a lo que hagas. Una vez, un muchacho me dijo que
las cosas buenas pasan cuando uno le echa huevos.
Y hoy, a unos días de otro período de transición en el país, de esos que no sabemos lo que nos deparará por la magnitud de las cosas que se juegan, repito a quien quiera escucharme/leerme lo que le dije a ese chamaco, joven y entusiasta, aquella vez.
“Echarle huevos para triunfar“ no una mala recomendación. No. Al contrario.
Lo que nos falta añadir a la frase es que, en este país, todos le echan huevos. Todos quieren ser exitosos. Todos quieren demostrar su valía, ocupar el lugar, llegar a la cima.
Y por eso, echarle huevos no basta.
La palabra clave es «Faberge».
Sí, hay que echarle un chingo de huevos, pero no de rancho. Tienen que ser
Faberge.
Veremos.
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Fabergé: Palabra del día 31 de Agosto de 2018
Texto por Rogelio Rivera Melo.
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