El #Reto de 30 días para julio de 2017 se llama Cine y letras.
12 de Julio. La película de la lista es Trainspotting de Danny Boyle.
Era 1996. Lo recuerdo bien porque era mi último año en la preparatoria.
La sala de cine a la que fuimos era la de la Alianza Francesa de Polanco. Creo que en cualquier otra no nos hubieran dejado entrar. Éramos mi papá, mi tía, mi hermana pequeña y yo.
Luces fuera… Las notas de Lust for Life, la canción de Iggy Pop – cantante que tampoco habíamos escuchado nunca…
Y así comenzó para nosotros una de las películas icono en la historia del cine. De esas de culto. Y yo nunca la he olvidado.
Salimos del cine con los ojos como plato. Todos. Y cuando digo todos es en serio… no solamente nosotros. Todo el público. ¡TODOS!
Si hoy me preguntan sobre la película en sí, les diré que no la recuerdo completa. Tengo que volver a verla. Pero hay escenas que no puedo borrar de mi mente: La de una tacha perdida que se va al excusado. La de la pelea del bar con tarros de cerveza abriendo cabezas y llenando de sangre el “festivo” ambiente de los antros. La de un despertar en la casa de la novia, después de haber echado una noche de pasión y de haber desechado alguna otra cosa. Y la escena del bebé. Esa escena que deberían ver todos los jóvenes y adultos que quieran tener un hijo. Todos. ¡Todos!
Y qué tal ese soundtrack – hermoso, sublime, inquietante – de la película. La Perfect Day, con la voz aguardentosa de Lou Reed aún me hacer recordar la imagen de un jovencísimo Renton McGregor chupado, acabado, por la heroína.
Recuerdo que en esa época, las personas de “buenas costumbres” decían que esa película fomentaba el uso de drogas.
La semana pasada caminaba por las calles de New York. Cuando comenté a mis amigos – más jóvenes que yo – que esa parte marginal de Harlem, me recordaba una escena de la Trainspotting, les conté que mi papá nos llevó al cine a ver esa película a mi hermana y a mí cuando éramos jóvenes”. Uno de ellos dijo… “una de las razones por las que no le entré a las drogas fue esa película…” Alguien más comentó “…la escena del bebé”… Todos coincidimos. A todos nos llegó. A todos.
Yo recordé los ojos como plato después de salir del cine. Me acordé de Renton y Spud corriendo por la calle sin un propósito en la vida. Con la policía detrás. Recitando como mantra “Escoge una vida. Escoge un trabajo. Escoge una carrera. Escoge una familia. Escoge una maldita televisión enorme, escoge lavadoras, autos, aparatos de compact disc y abrelatas eléctricos. Escoge una buena salud, niveles de colesterol bajos y un seguro dental. Escoge una hipoteca con interés congelado… Yo escojo no escoger la vida. Yo escojo algo más. ¿Las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?” Y la música de Iggy Pop sonando…
Seguro que Trainspotting me enseñó una que otra cosa sobre las drogas, beber sin control, el sexo sin protección, el VIH… la vida…
Bien jugado, papá. Bien jugado.
Veremos…
Yo también soy el que soy. 
Heroísmo Agonizante 101 (Sólo para principiantes) 