¿Quién es Andrés Manuel López Obrador?

¿Quién es Andrés Manuel López Obrador?

Por Maritza Hernández, Sergio Monroy y Rogelio Rivera Melo.

Un Recuerdito para Tepetitán, Macuspana, Tabasco, México.

No estoy seguro, pero casi puedo estarlo. Hacía calor y se sentía humedad ese 13 de noviembre de 1953. Es día vio la luz (bueno, nació) quién 53 años después sería el «presidente legítimo» de la República Mexicana. El único tabasqueño en la lista de presidentes mexicanos: Andrés Manuel López Obrador.

Sin adelantarnos a los hechos.

Andrés, el hombre, tiene una historia que contar. En 1973, a los 20 años, comenzó a estudiar  la licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública, en la Universidad Nacional Autónoma de México. Se graduó 19 exámenes extraordinarios y 14 años después, en 1986 (no podemos asegurar que sea el candidato más preparado, pero sí creemos que ha sido el que más ha estudiado).

También demostró saber aprovechar el tiempo, ya que durante su larga estadía como “pasante” alcanzó y se desempeñó en varias posiciones oficiales. En 1976 se une a su primer amor político, trabajando para la campaña senatorial de Carlos Pellicer, quien era abanderado por el Partido Revolucionario Institucional. Luego, colaboró en la campaña gubernamental del también priista Enrique González Pedrero, quien perdió en contienda contra otro priista (antes la competencia fuerte era entre los candidatos del PRI), por lo que ambos quedan fuera del gobierno estatal en esa administración. Pero Andrés es hábil. En 1977 ya es director del Instituto Indigenista de Tabasco (un organismo federal). Llega 1983 y se logra colocar como presidente estatal del PRI en Tabasco – ahí le aflora su sentido partidista y artístico y crea el himno estatal del partido tricolor. En 1984 vuelve al D.F. y es nombrado director de Promoción Social del Instituto Nacional del Consumidor. Escribe los libros “Los Primeros Pasos” y “Del Esplendor a la Sombra”. Y obtiene su licenciatura, ya con tesis concluida, en 1987.

Dentro del PRI se une, en 1988 a “Corriente Democrática” junto con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. En agosto de ese mismo año, busca la gubernatura del estado de Tabasco por el Frente Democrático Nacional. Pierde y publica el libro “Tabasco, Víctima de un Fraude”.

En la esquina, joven, damos vuelta a la izquierda.

Cuando López tenía 36 años, se crea el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Por sus méritos de lealtad política es nombrado presidente de este instituto político en Tabasco. Durante su periodo se reestructura el PRD en ese estado, se forman comités de base en pueblos y colonias y se brinda apoyo y asesoría a campesinos y obreros. La asesoría y el apoyo no incluían la quema de pozos, ni la toma de instalaciones ni plantones. Eso ya lo hacían los tabasqueños perredistas, motu proprio. Es también durante ese período donde se convierte en un luchador incansable para denunciar fraudes electorales en todas las elecciones donde su partido no gana. Y se establece el proceso como procedimiento sistemático de sus partidos.

Debemos reconocer que tiene una gran persistencia (necedad, dirán otros), porque, en 1994, quiere volver a ser gobernador de Tabasco. Pierde otra vez, ahora contra Roberto Madrazo. Alega fraude por parte del PRI. Escribe  “Entre la Historia y la Esperanza”. En 1995, lanza su “Proclama Nacional” que plantea como ejes la defensa de la soberanía nacional, la democracia, el desarrollo económico con sentido social, impedir la privatización de PEMEX y “Primero comer y luego pagar” (no tiene nada que ver con la prohibición de los McDonald’s en México). Lástima que no estaba Luis Mandoki, si no le hubiera hecho una película.

En 1996 busca la Presidencia Nacional del Partido de la Revolución Democrática (¡¡¡Y, ooh, milagro, GANA!!!), cargo que ocupa del 2 de agosto de 1996 al 10 de abril de 1999. Denuncia el caso del rescate bancario y publica el libro “FOBAPROA, expediente abierto”.

En el 2000 se postula como candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal y el 2 de julio gana las elecciones (al parecer se va alejando del fantasma de las derrotas). Algo así como cuando el Cruz Azul gana un torneo chafita, pero no la copa.

Dice el PRD que durante su gobierno, el Distrito Federal se convierte en la primera administración pública del país, en dar pasos firmes en términos de transparencia (y también dice que todas las acciones ilegales que se realizan en la ciudad, llevadas a cabo por Ponce, Bejarano e Imaz, y los famosísimos videoescándalos son, una vez más, realizadas a cabo sin que Andrés se entere). Por culpa de esa gentuza sin principios ni moral, su inmaculada imagen de dirigente de izquierda se empezó a empañar. Destituyeron a su Secretario de Seguridad, un tal Marcelo (nada que ver con Tin-tán). Y salió por ahí un proceso de desafuero en su contra. Sin embargo, durante la debacle, él elige amar a sus detractores “desaforadamente”.

Llega el año de 2006. “Dame chance, Andrés Manuel, que la tercera es la vencida”, le pudo haber dicho su mentor y gran «amigo» Cuauhtémoc Cárdenas, quien buscaba volver a ser candidato. Pero López dice no. Compitió contra su eterno rival político Roberto Madrazo, la señora Patricia Mercado, Roberto Campa y Felipe Calderón.

En esa campaña electoral se dijo de él, “AMLO, un peligro para México”, el “Hugo Chávez mexicano”, y otras linduras en su contra. Andrés nos deleitaba con su “Cállate, chachalaca” y “Lo que diga mi dedo”. La Guerra de las Campañas se volvió una verdadera guerra sucia, porque volaba mierda de un lado para otro.  Andrés declinó debatir contra los demás candidatos, se declaró ganador antes de la elección y confió en el resultado de las encuestas – donde sí era el favorito.

La tradición es la tradición.

Y las elecciones fueron.

Claro, usted ya vio esa película y sabe qué es lo que pasó… Los mariachis callaron. Andrés Manuel, regresó a la tradición de perder las elecciones. Ahora no fue en contra de su archirrival Madrazo, sino contra un «inofensivo» Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. Dando así inicio a una de las controversias políticas más pintorescas que se han visto en este país. Mandó al diablo a las instituciones. Pidió recuento de “voto por voto, casilla por casilla”; y aunque sí hubo recuento, pues no, no se pudo. “El IFE es un ladrón, corrupto, roba-elecciones”, no puedo asegurar que él lo haya dicho, pero casi estoy seguro que, en algún momento, sus seguidores sí lo dijeron. ¿O si lo dijo?

Debemos reconocer que acepto su derrota de forma muy madura, se plantó (atrincheró y cerró) la Avenida Reforma del D.F. (valiéndole madre los ciudadanos que tanto le interesaban). Dicen –no me consta- que se pagaba 500 pesos por día a los ahí estaban -bueno, se pagaron durante los primeros 3 días ya que después no hubo recursos. Irónico es saber que, cuando fue Jefe de Gobierno, promovió el llamado “Bando 13”, reglamento que prohibía las protestas que afectaran la movilidad vehicular en las principales vías de la Ciudad.

Seis años después, Andrés declararía que esta acción fue para evitar el derramamiento de sangre. O algo así.

Como lo que López quería era ser Presidente de México, inventó (perdón, pero no me viene a la mente otra palabra) una “Presidencia Legítima” y la ocupó por 6 años. ¿Con qué motivo? No lo sé. Pero tenía su gabinete y toda la faramalla – incluido el costo y los gastos, de un gobierno. Legítimo o no.

Serena Mo.Re.Na.

Pues llegamos al día de hoy. Andrés ya es Presidente. Tabasco tuvo su mandatario nacional. Legítimo. La popularidad que alcanzó en 2006 bajó. Quizá porque los presidentes siempre acaban siendo menos queridos al terminar su gestión. Legítima o no.

Pero Manuel vuelve a lanzarse. Su tenacidad lo obliga. Quiere ser presidente. Ilegítimo ahora, quizá. Viene remasterizado. Con un Movimiento de Regeneración Nacional. Amoroso, pide perdón por los errores del pasado. Los suyos, de los suyos y de los otros. Y ofrece el cambio verdadero. No más violencia, no más corrupción, no más robos de votos… ahora este país será una república amorosa. Inició este proceso electoral como el tercer lugar en las preferencias populares.

Dicen, no me consta, que hoy es el segundo. Él, Andrés, quiere volver a ser presidente. Legítimo o no.

Veremos.

Post Scriptum: En las elecciones de 2012, Andrés Manuel, como el Cruz Azul, volvió a perder una final. Desde ese momento de zozobra, se infartó. Se recuperó y reorganizó sus fuerzas y convirtió a su MOVIMIENTO MORENO en un partido político y viene con todo. Algunos dicen – él sobre todo – que en 2018 será el presidente de este país. Pero los refuerzos que ha incluido en su nueva fuerza electoral se encuentran las mismas alimañas en contra de las que se dice en contra. Él ya los perdonó y quizá sea eso lo que, ahora sí, lo hagan triunfador. De manera legítima o no. Eso a López Obrador ya no le importa – de las ligas y el financiamiento ilegal, ni hablamos.